viernes, 6 de septiembre de 2024

UN ICE CON ENERGIA DE NUEVAS FUENTES

 

Dr. Fernando Zamora Castellanos.

Abogado constitucionalista

 

En los últimos días el diario La Nación, nos ha ofrecido dos noticias que nos obligan a reafirmar lo que debe ser un replanteamiento radical del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE). La primera información que fue publicada en este diario, refiere al hecho que, por un problema geológico y de merma en las lluvias, la planta hidroeléctrica reventazón no ha alcanzado la producción prometida, pues lo que genera, en promedio, es menos del 40% de aprovechamiento de su capacidad instalada. Ello pese a su descomunal costo de casi mil seiscientos millones de dólares, el cual, por cierto, se infló después de un alto sobreprecio en su valor de construcción original, tal y como se denunció precisamente en este diario, en noviembre del 2018. A raíz de esta causa, entre otras razones menores, es que el ICE se ha visto obligado a aumentar el uso de hidrocarburos hasta alcanzar el 20% de la energía que se explota mediante esa vía contaminante en algunos días del mes de agosto, además de verse obligado a importar energía de Centroamérica. Esta situación está provocando una enorme erogación económica al país, que se traduce en mayor cobro a los usuarios. Ello debido a esas dos obligaciones, por una parte, importar energía al exterior, y por otra explotar la energía a partir de la adquisición de bunker y diésel para la generación térmica, lo cual es muy oneroso.

Según la referida investigación periodística, hasta julio del presente 2024, el costo que deberá ser trasladado a los bolsillos de los ciudadanos será la bicoca de C.147 mil millones de colones. En otras palabras, el no renovar nuestro sistema de explotación energética, nos está costando a todos muchos millones de dólares.   

Todo parece indicar que ha quedado atrás la época de gloria del ICE, cuando podíamos presumir que el 99% de nuestra explotación energética era derivada de energías limpias.      

Pero hay esperanza: para salir de este bache, es indispensable que el ICE se proponga transformar su oferta a partir de la explotación de dos matrices energéticas limpias como lo son la energía extraída del mar, y la energía geotérmica. A partir de ambas fuentes es posible desarrollar grandes proyectos energéticos y revolucionar nuestra principal institución eléctrica nacional.

Veamos por qué. De la energía extraída del mar, existen varios modelos, como el mareomotriz, que utiliza la energía que se extrae de las corrientes marinas. Hasta hoy la tecnología más desarrollada es la mareomotriz, y las tres mejores plantas generadoras de energía de este tipo en el mundo son la que están ubicadas en Francia, cuya planta mareomotriz Rance Tidal genera 540 millones de KWH al año, y la de Corea del Sur, que recién concluyó su planta llamada "Sihwa" con capacidad de producir 600 millones de KWH al año; esta última con un costo de trescientos millones de dólares. Si tomamos como referencia nuestra ya aquí mencionada planta Reventazón, que genera 300 Mw al año y cuyo costo fue de alrededor de 1600 millones de dólares, nos damos cuenta la desproporción entre el costo de producción de la energía hidroeléctrica, si la comparamos con los modelos mareomotrices cuya relación costo-producción masiva es mucho menor.

Es claro que nuestros recursos energéticos más abundantes se encuentran en los mares y en la geotermia de los volcanes costarricenses. La experiencia geotérmica en Costa Rica es buena y ya lleva tres décadas de desarrollo. Nuestro primer proyecto fue en Bagaces con la planta Miravalles I que se instaló en el año 1994 y llegó a generar la importante cantidad de 55 megavatios anuales. En la actualidad, el país cuenta con 6 plantas geotérmicas, ubicadas en Miravalles, con las plantas Miravalles I, II, III, IV, y las plantas, Pailas I y II, que suman alrededor de unos 250 MW anuales de potencia. Sin embargo, el país tiene un potencial total en volcanes de alrededor de 1750 MW anuales. Si tomamos en cuenta que ya explotamos 250 MW, mi propuesta es que podríamos llegar a explotar 1500 MW anuales más de energía geotérmica, lo que tiene muchas ventajas. Entre ellas, que es una energía muy estable, su costo de explotación es razonable, y el ICE ha demostrado, que donde ha intervenido, las comunidades vecinas se benefician con el incremento en reservas naturales y turismo, pues los bosques se regeneran y se incrementa la fauna por la política de protección que se establece en los compromisos de explotación de los recursos geotérmicos. Amerita puntualizar en este aspecto: la mayor crítica que se ha hecho a la explotación de la energía geotérmica es su supuesto costo ambiental, sin embargo, la experiencia nos demuestra lo contrario. Cuando el ICE inició sus proyectos geotérmicos buscó alternar esa actividad con la forestal. Dentro del presupuesto de dichas plantas energéticas se previó, como parte del costo del proyecto, la compra de tierras para bosque. Al punto que, solo con el proyecto de Bagaces se transformaron catorce millones de metros cuadrados de tacotales y terrenos de pastoreo en reservas forestales, que finalmente se pagaron con los mismos beneficios retributivos de la venta de la energía. Tierra que antes estaba deforestada, fue restaurada en grandes bosques alrededor de las plantas geotérmicas bagaceñas, que hoy son uno de los mayores atractivos naturales que han dado un importante valor turístico a la zona.

Como se tuvo por probado al inicio del artículo, en este momento el modelo hidroeléctrico tiene importantes desventajas derivadas de su bajo rendimiento en razón de las constantes sequías y el alto costo de la construcción de sus plantas. Por ello, al ICE le llegó la hora de transformar su matriz energética, y la reconversión del modelo hidroeléctrico imperante hoy, debe enrumbarse en función de un nuevo modelo energético a partir del mar y la geotermia.  fzamora@abogados.or.cr  

No hay comentarios: